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Antihistamínicos son medicamentos utilizados para tratar las alergias. Cuando el cuerpo entra en contacto con un desencadenante de la alergia -polen, ambrosía, pelo de animales domésticos o ácaros del polvo, por ejemplo- produce unas sustancias químicas denominadas histaminas Éstas son las responsables de la inflamación de los tejidos de la nariz, el goteo nasal, el lagrimeo, el picor de nariz, ojos o boca. A veces también puede aparecer una erupción cutánea con picor y urticaria.

Los antihistamínicos reducen o bloquean las histaminas, deteniendo los síntomas de la alergia. Estos medicamentos pueden aliviar los síntomas de varios tipos de alergias, incluidas las alergias estacionales, las alergias alimentarias, etc.

¿Qué son los antihistamínicos?

Los antihistamínicos son medicamentos indicados para diferentes tipos de alergias crónicas o agudas. Inhiben la actividad de la histamina, sustancia responsable de ciertos síntomas de la alergia. La histamina es responsable de la respuesta alérgica, pero también de modular la inflamación, entre otras cosas. Para desempeñar todas estas funciones, utiliza 4 tipos de receptores: los receptores de histamina H1, H2, H3 y H4.

Los antihistamínicos se dividen en dos subtipos principales. El primer subtipo está representado por los antagonistas de los receptores H-1 o bloqueantes H-1. Este subtipo de antihistamínico se utiliza para tratar los síntomas de la alergia. El segundo subtipo son los antagonistas de los receptores H-2 o bloqueadores H-2. Se utilizan para tratar los síntomas gastrointestinales. Se utilizan para tratar afecciones gastrointestinales como la enfermedad por reflujo gastroesofágico, la cinetosis, las náuseas y los vómitos. Los antihistamínicos H1 se utilizan para los síntomas de la rinitis alérgica, la urticaria y otras alergias.

Ejemplos de antihistamínicos

Los antihistamínicos suelen actuar bloqueando los receptores H1 de la histamina, aliviando muchos síntomas de la alergia. Los fármacos antihistamínicos pueden ser de varios tipos. La primera generación incluye difenhidramina, clorfeniramina, bromfeniramina, carbinoxamina, clemastina, doxilamina, hidroxizina, prometazina, triprolidina. Suelen tener efectos sedantes y pueden dar somnolencia

Los antihistamínicos de segunda o tercera generación no tienen efectos sedantes – porque no tienen mayor capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica. Incluyen desloratadina, bilastina, loratadina, fexofenadina, rupatadina.

Los antihistamínicos de segunda o tercera generación no tienen efectos sedantes.

Los medicamentos antihistamínicos también pueden ser de prescripción o de venta libre. Los de venta sin receta se pueden comprar en Rumanía en farmacias o a veces online con entrega a domicilio sin receta. Los de venta con receta suelen tener mayores concentraciones del principio activo. Los medicamentos antihistamínicos con receta incluyen azelastina gotas para los ojos, azelastina aerosoles nasales, carbinoxamina, ciproheptadina, desloratadina, hidroxizina, levocabastina gotas para los ojos, levocetirizina oral.

Antihistamínicos para niños

&Si su hijo sufre alergias, su médico puede recomendarle una gama de antihistamínicos adecuados para los más pequeños. Normalmente se utilizan los mismos tipos de antihistamínicos, pero las dosis se utilizan según la edad del niño. Calcule la dosis & generalmente & según el peso corporal.

Antihistamínicos permitidos en la lactancia

Antes de tomar cualquier tipo de medicamento &cuando esté embarazada o en periodo de lactancia, hable con su médico. Muchos antihistamínicos están prohibidos durante el embarazo. Por lo general, los antihistamínicos de segunda y tercera generación se consideran más seguros, pero no deben tomarse sin consultarlo con el médico; algunos ejemplos serían antihistamínicos como la fexofenadina o la loratadina. Los antihistamínicos de primera generación no suelen estar indicados para la lactancia materna.

Efectos secundarios de los antihistamínicos

Los antihistamínicos se consideran seguros y no causan reacciones adversas în general, especialmente reacciones graves.
Si está tomando antihistamínicos, algunos de los efectos secundarios más comunes pueden incluir somnolencia, fatiga, dolor de cabeza, dolor de estómago. Algunos efectos secundarios que no son tan frecuentes y que pueden estar más relacionados con los antihistamínicos de primera generación, aunque siguen siendo poco frecuentes, pueden incluir mareos, náuseas y vómitos, pérdida de apetito, estreñimiento, debilidad muscular, hiperactividad, especialmente en niños, nerviosismo, etc.

Los mejores antihistamínicos

Los antihistamínicos pueden ayudar a aliviar una amplia gama de síntomas como congestión, estornudos, secreción nasal, ojos llorosos, picor de nariz, boca u ojos, irritación de la piel. La elección de los antihistamínicos depende del tipo de síntomas y del diagnóstico del médico. Por lo general, se recomiendan medicamentos a base de loratadina, como Claritine, Symphoral o Flonidan, o Aerius, a base de desloratadina.

¿Cómo elegir un antihistamínico?

Los antihistamínicos se presentan en diversas formas, como comprimidos, cápsulas, tabletas, líquidos, aerosoles nasales y colirios, así como geles para aplicación cutánea. Es importante tomar los antihistamínicos siguiendo las indicaciones de su médico, según sea necesario. Su médico decidirá qué antihistamínico es mejor para usted, en función de sus síntomas, diagnóstico y estado general de salud. Además, algunos pueden producir somnolencia, pero no todos.

A veces también están indicados una serie de antihistamínicos naturales o remedios para la alergia – éstos pueden estar basados en extracto de ortiga, regaliz, tres helechos, abedul, diente de león o cola de ratón. Pueden modular el sistema inmunitario, tener efectos antiinflamatorios y antialérgicos leves.