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Escrito por El equipo de Liki24 
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La inmunidad representa la capacidad del organismo para defenderse de diversos agentes patógenos como virus, bacterias y parásitos. Es como un guardaespaldas y es necesaria para la supervivencia.
¿Cuáles son los componentes del sistema inmunológico?
- La saliva y las lágrimas - proporcionan protección adicional, actuando como antibacterianos.
- La piel - actúa como una barrera, manteniendo alejadas a las bacterias, virus y diversos gérmenes.
- El moco - se encuentra en el pasaje nasal y en toda la superficie de los pulmones, actuando como antibacteriano.
- El sistema linfático - transporta nutrientes, agua y oxígeno a las células, y al mismo tiempo elimina los desechos nocivos. El sistema linfático está compuesto por el timo, el bazo, la médula ósea y los ganglios linfáticos.
- Los intestinos - representan un lugar frecuentemente atacado por virus y bacterias. Aproximadamente el 70-80% de las células del sistema inmunológico se encuentran aquí.
Distinguimos 2 tipos de inmunidad:
- Innata - heredada a través de la placenta de la madre, que no sufre modificaciones a lo largo de la vida. Es capaz de reconocer a los agentes patógenos en las primeras horas de la infección, pero no ofrece protección a largo plazo.
- Adquirida - que se desarrolla a lo largo de la vida mediante la exposición a diversos gérmenes. Responde a las infecciones en un plazo de 6-7 días, identificando la especificidad del agente patógeno para poder reconocerlo más tarde.
¿Cómo entendemos que tenemos un sistema inmunológico debilitado?
Como se mencionó anteriormente, el sistema inmunológico tiene varios componentes. La disfunción de uno de ellos puede llevar a la alteración de todo el sistema en sí. Así, la enfermedad es una expresión de un sistema inmunológico debilitado, que no pudo resistir el ataque de bacterias, virus y parásitos.
A continuación, se presentan los signos que nos indican que tenemos un sistema inmunológico debilitado:
- Resfriados frecuentes y sus complicaciones (neumonías, bronquitis) – 2-3 episodios de infecciones respiratorias en una temporada son motivo de preocupación;
- Fatiga prolongada, a pesar de un horario de sueño normal;
- Infecciones recurrentes en los oídos y senos nasales;
- Anemia y dificultad para sanar heridas;
- Problemas digestivos como estreñimiento, diarrea prolongada, náuseas;
- Dolores articulares y musculares frecuentes causados por inflamaciones;
- Problemas en la piel (herpes, eczema).
¿Cuáles son los factores que tienen una influencia negativa en el sistema inmunológico?
Muchos factores influyen en el rendimiento del sistema inmunológico, pero la combinación de ellos puede causar grandes problemas en su funcionamiento.
Por ejemplo, si nos enfermamos después de un período de mucho trabajo, es señal de que nuestro organismo ha sufrido debido al cansancio, estrés, alimentación inadecuada y falta de sueño. El sistema inmunológico se ve influenciado tanto por factores internos como por factores ambientales.
- Alimentación desequilibrada (con una ingesta insuficiente de minerales, vitaminas, antioxidantes y otros nutrientes), así como el consumo excesivo de azúcar;
- Ansiedad y estrés a largo plazo;
- Falta de sueño;
- Exceso de medicamentos – los antibióticos, por ejemplo, atacan la flora bacteriana del organismo, que tiene un papel importante en el sistema inmunológico;
- Tabaco y alcohol;
- Obesidad y ciertas enfermedades como cáncer, diabetes, SIDA;
- Factores ambientales como pesticidas, contaminación, sustancias químicas en diversos productos de uso doméstico;
- Higiene deficiente;
¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico?
Mantener una higiene adecuada
La simple rutina de lavarse las manos juega un papel esencial, ya que de esta manera evitamos que los microbios entren en el organismo. Las manos deben lavarse correctamente durante 20 segundos, utilizando jabón y agua tibia, antes de comer o cocinar, después de estornudar o toser, después de tocar superficies públicas o el baño.
Alimentación saludable
Una dieta que contenga la mayor cantidad posible de verduras y frutas es una dieta que apoya la salud del organismo y la inmunidad en general. Las vitaminas son muy importantes para la inmunidad, como la vitamina A, C, B6 y B12, E, zinc y hierro, tanto para la inmunidad de los adultos como para la de los niños. Entre los alimentos que fortalecen la inmunidad se encuentran el pescado rico en ácidos grasos esenciales, productos fermentados y yogur, carne roja para minerales y proteínas, fresas, frutas del bosque, zanahorias, ajo, té verde, semillas de girasol.
Descanso
La inmunidad y el sueño están estrechamente relacionados. Un sueño insuficiente de menos de 6 horas cada noche aumenta el riesgo de contraer un resfriado. Los bebés deben dormir aproximadamente 14 horas por noche, los niños hasta 10 horas por noche, pero los adultos al menos 7 horas por noche.
Actividad física
El cuerpo humano funcionará mucho mejor si está físicamente activo en comparación con un régimen sedentario. El deporte aumentará la capacidad y resistencia del organismo en la lucha contra las infecciones. Se recomienda al menos 30 minutos de ejercicio al día. Cuando no sea posible hacer deporte durante más tiempo, incluso 10 minutos de movimiento son bienvenidos.
Suplementos para la inmunidad
Existe una estrecha relación entre el funcionamiento de la línea de defensa de nuestro organismo y la ingesta nutricional. Así, la desnutrición lleva a una respuesta inmunológica comprometida, haciendo que el organismo sea propenso a diversas infecciones. Incluso en las condiciones del estilo de vida moderno, es bastante difícil encontrar medicamentos para la inmunidad que puedan satisfacer todas las necesidades del organismo. Las mejores pastillas para la inmunidad, que podrían proteger nuestro organismo especialmente en invierno, deberían incluir:
- Vitamina D que puede utilizarse en forma de comprimidos para la inmunidad de los adultos, y en forma de jarabe para niños;
- Zinc;
- Probióticos en forma de cápsulas, y en forma de jarabe para la inmunidad de los niños ya que la flora intestinal es un eslabón importante del sistema inmune.
Desafortunadamente, los alimentos saludables no suplen completamente las deficiencias de vitaminas que inevitablemente aparecen. Por eso es muy útil utilizar complejos de vitaminas para la inmunidad que compensen la ingesta necesaria de minerales, vitaminas y antioxidantes, cuando nuestro organismo lo necesite. Las vitaminas para la inmunidad de los adultos se pueden encontrar en el mercado en forma de comprimidos y cápsulas, polvos. En el caso de los niños, se utilizan jarabes para la inmunidad.
En conclusión, puede comenzar ahora mismo a fortalecer su inmunidad, siguiendo una dieta rica en minerales y vitaminas y adoptando un estilo de vida saludable. El cuidado constante de cómo vive y los alimentos que consume es la mejor manera de estimular su sistema inmunológico y tener un organismo saludable, para protegerse de resfriados y otras enfermedades.
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